Estos días está habiendo una avalancha de respuestas al polémico reportaje de "El Mundo", "Madre o vaca" en muchos blogs y en el facebook. Me encanta leerlas todas y me encanta sentirme parte de este gran grupo de mujeres, que sentimos que dar el pecho a nuestros hijos no es algo que nos han impuesto desde fuera supuestas campañas machistas sino, todo lo contrario, algo que nos nace de dentro y nos satisface, a pesar de tener que enfrentarnos a esta sociedad patriarcal y machista. ¡Toda una contradicción!
Y esta contradicción es, para mi, lo más interesante de todo este asunto: lo que para unas es atadura para nosotras es, por el contrario, muy liberador. Quizás tiene que ver con la forma de ver al ser humano ante todo; como un animal o como un ser superior. ¿Qué es la libertad: poder, en base a la razón, elegir luchando en contra de los propios instintos o disfrutar dejándonos llevar por ellos, conectando con nuestra naturaleza más salvaje y auténtica? ¿Cuál es la verdadera libertad? ¿Cuál la atadura? ¿Quizás por eso nos comparan con vacas: porque quien puede renunciar a parte de su animalidad se siente más persona?
Y de lo que se quejan en el artículo es de que haya tanta campaña promocionando la lactancia materna porque total, no pasa nada por dar el biberón y no solo eso, sino que tratan de convencer de que amamantar podría ser incluso peor y que todas milongas tienen que deberse a alguna clase de complot en contra de las mujeres... y no se dan cuenta que lo que hace tan dificil el amamantamiento es precisamenete la falta de información y el hecho de que se vea tan poco dar de mamar en el día a día de nuestras vidas, y que la culpa de que haya que sacarse la leche es de lo cortas que son las bajas por maternidad o de que sea algo totalmente inaudito pensar en una mujer trabajando con su bebé a cuestas. Muchas madres hemos sufrido esas dificultades y cuando hemos conseguido superarlas hemos sentido la gran liberación, nos hemos encontrado con nosotras mismas y hemos conectado de una forma con nuestros hijos que nos ha hecho iniciar un camino hacia la revolución, así lo sentimos muchas. Y por eso nos asombra que haya mujeres que creen que están defendiendo a la mujer, dejando atrás algo que sentimos parte de nuestra esencia.