El pasado fin de semana tuve el placer de asistir al encuentro organizado por la Asociación por la Libre Educación (ALE), a la que pertenzco. Disfruté mucho asistiendo, junto con mi bebé, a charlas, talleres, conferencias y debates y también reencontrando amigos y haciendo nuevas amistades. El hecho de que fueran tantos días fue muy positivo porque así mis niños tuvieron tiempo de abrirse y se lo pasaron muy bien jugando con otros niños, asistiendo a talleres y cuentacuentos y jugando al ajedrez contra el gran maestro Julen Arizmendi.
También fue positivo que en el lugar solo estuvieramos alojados los que veníamos al encuentro. El ambiente fue muy bueno y mi familia y yo nos sentimos muy a gusto. Además conocimos a cuatro familias de Aragón y quedamos en que organizaríamos alguna quedada. Estoy muy contenta pues todas me parecieron personas encantadoras y tengo muchas ganas de quedar con ellos.
El encuentro empezaba el miércoles pero nosotros no pudimos ir hasta el jueves. Por eso, nos perdimos la charla y el taller de Sonia Kliass, que me dijeron que habían estado muy bien. El primer taller al que asistí fue el de Miguel sobre lengua de signos para sordos, tema que siempre me ha interesado mucho. No pude hacerlo entero pues mis hijos me reclamaron para ir a un cuentacuentos. El jueves me lo tomé con calma, pues estábamos cansados del viaje, pero no quise perderme la charla de Pedro García Olivo, que me encantó. Creo que a partir de ahora le seguiré la pista a este hombre. Ese día nos fuimos pronto a dormir.
El viernes no recuerdo muy bien qué hice por la mañana, supongo que charlar con unos y con otros. Por la tarde asistí al taller de Elena Llamazares sobre juegos de roll, donde me divertí mucho por la manera como cuenta las cosas Elena y después a las charlas de Lluis Vives de la Coordinadora catalana, Juan Carlos Vila de Clonlara y parte de la de Julio Fernández de Crecer sin escuela, así que pude hacerme una idea sobre la historia del homeschooling en España. Esta última no la pude escuchar entera porque me fui a la exhibición de ajedrez, pues mis hijos querían participar. Por la noche participé en el ejercicio de debate asambleario, así que fui bastante tarde a dormir.
El sábado fue un día muy intenso. Asistí a casi todas las conferencias internacionales (de 11 países europeos y EEUU). Gracias a los cascos para la traducción simultánea podía salirme fuera si mi niña protestaba y seguir escuchando. Me pareció muy interesante conocer la realidad de tantos países y ver como todos coincidían en la ilusión de crear una confederación de asociaciones europeas para ayudarnos mutuamente. Me perdí un taller que me apetecía sobre material montessori de Celine Hameury, pero pudo asistir mi marido y le gustó mucho.
Después de cenar tuvimos el debate sobre regularización, al que asistió bastante gente, y que se prolongó hasta no se qué hora de la madrugada (suerte que mi niña duerme tan a gusto en su fular). Este debate fue de lo mejor que viví en el encuentro. Recibimos mucha información sobre la situación legal con intervenciones muy esclarecedoras de Sergio Saavedra de Ale y otras aportaciones interesantes por parte de personas que no son de Ale como Elena Llamazares, Julio Fernández o Juan Carlos Vila. El debate fue un ejemplo de respeto y ganas de ir hacia delante y eso que, por petición de Daragh McInerney, actual presidente de Ale y principal organizador del encuentro, se dejó que las intervenciones fluyeran de forma natural sin tener que hacer apenas uso de moderador.
El último día, el domingo, me levanté con ganas de asistir a las charlas de David Pla y de mi amiga Rosana Gadea de La Serrada. Estuve en la charla de David sobre el sistema educativo y me encantó (impactante el video sobre obediencia ciega). Tuve que irme antes de que terminara y me perdí la de Rosana porque había reunión de Ale, abierta a todo el que quisiera asistir. Hablamos sobre los dos equipos de trabajo nuevos en Ale: el equipo legal, que ya está trabajando en cómo ayudar a las familias que tienen problemas y el equipo de atención a los medios que empezó a formarse a partir de esta reunión.
Después de comer recogimos la tienda para irnos y nos despedimos de los amigos que fuimos encontrando, cosa que nos llevó un buen rato. Nos fuimos del encuentro muy contentos, con muy buen sabor de boca y cierta euforia. Creo que me pasé todo el viaje de vuelta sin parar de contarle cosas a mi marido pues se había dedicado principalmente a acompañar a los niños, aunque también lo pasó muy bien e hizo amistades.
Desde aquí quiero dar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro, organizándolo o colaborando en el mismo, especialmente a Daragh McInerney, el cual, gracias a su carácter conciliador consiguió los dos objetivos que se había propuesto: la creación de una confederación de asociaciones europeas y el acercamiento entre distintas entidades españolas. También hay que agradecer a todos los asistentes la alegría y el buen rollo que se ha respirado.
En dos palabras: ¡estuvo genial!