En la Navidad de 2004 leí un libro que resultó ser muy revelador: el concepto del contiuum, de Jean Ledoff.
Así como Carlos Gonzélez me hablaba de cosas que yo ya me había planteado, El concepto del contiuum me revelaba algo nuevo y sin embargo algo que conectaba perfectamente conmigo y que estaba sintiendo como muy cierto. Esta vez tenía que leer poco a poco, parando de vez en cuando para reflexionar, dejando que reposaran en mi tantas cosas importantes.
Después de esto, ya no podía ver las cosas igual que antes, no solo me había afectado en cómo iba a actuar a partir de entonces, sino también en la forma en que empecé a observar al resto de la sociedad. Me convenció totalmente sobre la necesidad que tienen los bebés de ser llevados siempre en brazos, la importancia de no perder el contacto ni para hacer pequeñas cosas, me convenció, también, de la necesidad de exploración de los niños y en que hay que confiar en su capacidad para valerse por si mismos, y me hizo darme cuenta de mi aislamiento.
La pérdida del continuum es el alejamiento del ser humano de su forma natural de ser y es la causa de nuestra infelicidad. Por eso he criado a mi hijo pequeño como a un yecuanita.
Así como Carlos Gonzélez me hablaba de cosas que yo ya me había planteado, El concepto del contiuum me revelaba algo nuevo y sin embargo algo que conectaba perfectamente conmigo y que estaba sintiendo como muy cierto. Esta vez tenía que leer poco a poco, parando de vez en cuando para reflexionar, dejando que reposaran en mi tantas cosas importantes.
Después de esto, ya no podía ver las cosas igual que antes, no solo me había afectado en cómo iba a actuar a partir de entonces, sino también en la forma en que empecé a observar al resto de la sociedad. Me convenció totalmente sobre la necesidad que tienen los bebés de ser llevados siempre en brazos, la importancia de no perder el contacto ni para hacer pequeñas cosas, me convenció, también, de la necesidad de exploración de los niños y en que hay que confiar en su capacidad para valerse por si mismos, y me hizo darme cuenta de mi aislamiento.
La pérdida del continuum es el alejamiento del ser humano de su forma natural de ser y es la causa de nuestra infelicidad. Por eso he criado a mi hijo pequeño como a un yecuanita.
Para mi el continuum tambien fue toda una revelacion o más bien una reafirmación de lo que ya me decia mi instinto. Muchas gracias por comaprtir tus impresiones sobre él
ResponderEliminarbesos
¡anda Yasmin! qué ilusión me ha hecho ver que tenía un comentario. Tengo el blog totalemente abandonado.
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